martes, 20 de noviembre de 2007

Testimony Night

El otro día tuvimos una cena con el grupo de la clase de Teología Básica en casa de Emily, una de las chicas del grupo. Era una actividad adicional a la de cada jueves (cuando tenemos las clases propiamente dichas). La idea era tener un tiempo y espacio más informales para poder escucharnos unos a otros la historia personal de cada uno en relación a la fe.

Cada uno de nosotros tenía entre 5 y 10 minutos para compartir su viaje espiritual personal.

Fue impresionante escuchar las historias de todos y todas. Por un lado no quería ser la primera en compartir porque estaba super nerviosa, pero a su vez mientras iba escuchando a los tres o cuatro que compartieron antes que yo, se me iban llenando los ojos de lágrimas, y no quería llorar mientras contaba mi historia. Se me hacía un nudo en la garganta por ver como Dios trabaja en forma tan personal y a través de circunstancias tan diversas (muchas de ellas críticas) para mostrar a los seres humanos que necesitamos una relación personal con El, que es mejor volver a la casa del Padre que vivir como hij@s pródig@s. Venía aguantando el llanto hasta que me tocó el turno de compartir. No podía parar de llorar mientras leía mi historia. Pero a pesar de ello fue un tiempo muy entrañable donde pudimos experimentar nuevamente que Dios es real y que sigue transformando vidas con nombre y apellido, que El está cerca de los que le buscan de corazón.

1 comentario:

Analia dijo...

que lindo Fa!!!me haces emocionar a mi!sos hermosa