
El domingo después del culto fuimos invitados a un encuentro organizado por uno de los grupos de misiones, particularmente el que está enfocado en Japón. Una de las familias misioneras en este país presentó un informe sobre la situación allí y sus necesidades.
Fue sorprendente (mejor dicho, no nos sorprendió mucho) escuchar todas las similitudes con España, especialmente entre la adolescencia y juventud, aunque también en relación al clima espiritual y la situación de la iglesia.
El materialismo, el bullying (=acoso entre compañeros), la incapacidad para relacionarse, la necesidad de héroes y modelos de referencia, las relaciones familiares disfuncionales, el relativismo... por nombrar algunos.

Que Dios nos ayude, nos equipe y nos dé fuerzas para poder ser agentes de transformación de esta realidad (no sólo a nosotros dos en particular, sino a todos aquellos que estamos trabajando para que esto cambie).
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