sábado, 1 de septiembre de 2007

Cómo empieza todo

Ya llevamos más de un mes con este blog y nos damos cuenta de que hay algunas personas que se han ido sumando sobre la marcha. En cierto sentido, para tod@s ell@s vendría a ser como empezar a leer un libro desde el capítulo 8 (por decír un número), o como llegar al cine con la película ya empezada hace 10 minutos. En beneficio de nuestros anónimos lectores (y por qué no, en beneficio de tener nuestra propia historia mejor documentada, facilitando así el trabajo de futuros biógrafos no autorizados), marcha una introducción desde el principio de los tiempos.

Allá por marzo del 2007 recibimos la grata visita de un equipo de 3 personas de nuestra "home church" en USA (Wayde, Tom y Tony). Querían conocer de primera mano lo que estábamos haciendo y la realidad del ministerio en Madrid. Entre estas 3 personas estaba el pastor de misiones de la iglesia, Tom, quien a su vez fue misionero en Rumania durante 13 años.
Parte de su trabajo consiste en visitar a los misioneros en su lugar de servicio y por tanto parte de su visita consistía en un "encuentro pastoral" con él. Parte de ese encuentro fue hablar sobre nuestro próximo "furlough" o "home assignment" (palabras un poco raras y anglosajonas, de difícil traducción, pero básicamente describen el período en el que cada cierto tiempo salimos de España y volvemos a "casa" -¿dónde queda eso en realidad?- para pasar tiempo con la familia, visitar a las iglesias y personas que nos apoyan, fortalecer relaciones, informar sobre lo que estamos haciendo, descansar, renovar compromisos, etc. ¿Ahora ven por qué es tan díficil de explicar en castellano? ¡Ellos lo tienen resumido en una sola palabra!). En fin, hablando de este tema, nuestro compromiso original con ellos (y con las demás iglesias que nos apoyan) es el de visitarles cada 3 años. Lo hicimos antes de llegar a España en el 2001, lo repetimos en el 2004 y este año tocaba otra vez. Con Mariano habíamos estado pensando y orando sobre esto, sabiendo que nos tocaba hacerlo, y en un principio veíamos mejor postergarlo para el 2008, pero más adelante diversas circunstancias personales nos hicieron cambiar de parecer. Nuestra idea era pasar unos 3 meses visitando las iglesias y colaboradores en USA, y más tarde en el verano del 2008 (invierno porteño) visitar a la familia en Argentina.
Pero de algún modo, la charla con Tom nos cambió un poco la perspectiva: él nos decía que 3 meses en USA iban a ser agotadores, con tantos viajes, presentaciones y actividades, y que pensaba que íbamos a volver a España más cansados, más agotados y con menos fuerzas (luego de varios años de situaciones de mucho estrés, crisis y pérdidas). El nos proponía considerar un tiempo más largo para que además de informar y participar de las conferencias misioneras, visitar personas y hablar en las iglesias, tuviésemos un tiempo personal de renovación de nuestra visión, aprendizaje, resturación, formación, etc. Nos dijo que no teníamos que contestarle en ese momento, que nos tomásemos unos días para pensar y para orar por ello y que le diéramos una respuesta lo antes posible. Se volvió a los EE.UU. y nos quedamos con la propuesta.
Justo venía Semana Santa y en España es un tiempo donde todo el mundo para y se toma vacaciones. Teníamos unos planes con los adolescentes de nuestra iglesia, pero no salieron adelante. Entonces se nos ocurrió tomarnos unos días para hacer una parte del Camino de Santiago y tener una especie de "retiro ambulante" para orar por estos temas.


Nos cargamos las mochilas y sin mucha experiencia previa, nos mandamos a caminar. Más tarde supimos que habíamos escogido el tramo más difícil del camino.
Demasiado tarde, ya que esta información la obtuve luego de provocarme un esguince de tobillo, que me impidió seguir caminando.















Más allá de este "detalle", la experiencia de ser peregrinos fue impresionante. Como dijimos en otras oportunidades, aprendimos muchísimo sobre Dios, la vida cristiana, el discipulado, la solidaridad, la hospitalidad, la sencillez, etc. etc.)

Hacía unos meses que veníamos reflexionando (gracias a un material que nos había mandado esta iglesia) en el concepto bíblico de Sabbath. (ver Lev. 25). Ellos lo definían como "un tiempo y una actitud en la que reconocemos que Dios y sólo Dios está en el control."
Ligado a esto, la experiencia del esguince y el verme obligada a parar forzosamente el camino para atender una necesidad física, me hizo pensar en el paralelismo con la vida espiritual y la necesidad de "parar" (o a veces el vernos forzados a hacerlo porque no fuimos capaces de escuchar a Dios cuando nos invitaba a hacer una parada quizás más pequeña) para atender a nuestras necesidades espirituales.
La conclusión del viaje fue unánime.
Tras ORAR y ANALIZAR todas las variantes, pros, contras, situación, presente, futuro, etc. ambos vimos claro que esta propuesta venía de Dios.


El siguiente paso era hablarlo con nuestros "jefes" o directores, y compañeros (y por supuesto avisar a Tom que habíamos decidido que sí). Lo que más resaltamos de la conversación con uno de nuestros directores fue la importancia de tomar esta decisión pensando en el largo plazo. Y pensando en el largo plazo, tenía todo el sentido hacerlo. Recibimos apoyo y estímulo de todos nuestros compañeros, directores, amigos, etc. y estos gestos nos siguieron ayudando a ver que Dios iba delante en todo este proceso.
A partir de abril comenzó la cuenta regresiva, meses de mucha logística, planificación y organización para poder dejar todo más o menos en orden y para poder enfocarnos en lo que estábamos a punto de vivir.

Así es más o menos cómo empieza todo.

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